top of page
Buscar

De los Espíritus y la Espiritualidad.

¿Sabrías decirme qué Espíritus te "escoltan"?


¿Con cuáles te relacionas y trabajas?


¿Qué ofrendas son las favoritas de cada uno?


Si no sabes quienes conforman tu Cuadro Espiritual, qué Espíritus están contigo, cuáles de tus ancestros te acompañan, es bastante complicado que hagas las ofrendas adecuadas.


Desconocer quién es tu interlocutor dificulta enormemente una correcta comunicación, no hablemos ya de una relación frutífera.


Si este es tu caso y no tienes este dato, pasamos al siguiente nivel: el Territorio.


Como buena Bruja que te consideras y eres, conoces los límites de tu Territorio, qué espiritualidades lo habitan y la mejor forma de relacionarte con ellas.


Puede que esté dando por sentado demasiadas cosas ¿no? creyendo que has hecho el esfuerzo de buscar y encontrar un espacio al que sentir como tu propio Territorio, buscando llevar tu práctica de la mejor forma posible y saber con quién te relacionas en cada momento, con quién puedes hacerlo al menos.


bruja de ciudad, brujería, hechicería, magia, conjuro, esbat, sabbat
Parte de mi Territorio en Madrid

Voy a seguir por ese mismo camino, suponiendo que tu interés por la Brujería va más allá de hacer Hechizos sin ton ni son; de pedir a la Luna, a las diosas, a quien mejor te parezca, sin haber establecido una relación bidireccional satisfactoria para todas las partes, de poner velitas y tener altares que ni cuidas ni alimentas ni entiendes.


¡Oh, sorpresa! resulta que buena parte de lo que hace una Bruja tiene que ver con esto, con identificar y reconocer las espiritualidades que te rodean y con las que deseas relacionarte.


Mis compañeras de @madewithoodoo y de @simona_pendulo_hebreo ya han comentado en distintos post la importancia de saber relacionarse con los Espíritus.


Una de las bases de la práctica de la Brujería es esa: aprender a establecer relaciones amables y provechosas para ambas partes con los Espíritus que te vas a encontrar a lo largo del Camino.


Porque, no te confundas, lo harás quieras o no.


Algunos precisarán de tu ayuda, otros serán necesarios para ti y tu crecimiento y evolución, otros estarán para darte apoyo o mostrarte cosas, algunos te darán hostias como panes cuando vean que no hay manera, algunos serán compasivos y te consolarán y escucharán sin recriminaciones ni "te lo dije".


No estoy hablando de convertirse en Medium ni en canalizadora, tampoco hablo de comenzar a ver muertos por las esquinas o de estar permanentemente escuchando voces o sintiendo presencias, no te creas que esto va a ser Ghost o Expediente Warren, para nada.


Hablo de ser consciente de que la práctica de la Brujería o de cualquier otra espiritualidad, implica comenzar a relacionarse con Espíritus.


Activa y conscientemente.


Cualquier creencia espiritual, cualquier tipo de espiritualidad en la que te embarques, requerirá que establezcas una relación próxima y constante con uno o varios Espíritus. Si no es así, no deberías llamarlo espiritualidad.

Porque ya conoces el significado de la palabra espiritualidad, claro y sabes que tiene poco que ver con tu mujer salvaje, tu niña interior, tu empoderamiento y similares.


Un camino espiritual puede incluir, potenciar o ayudarte a darte cuenta de cosas, relacionadas con estos conceptos y lo que representan, pero no se limitará a ellos ni serán pilares para su sostén.


Obvio que seguir y mantener unas creencias espirituales te va a ayudar, pero una espiritualidad consciente es, debe ser, muchísimo más que eso.


Por si acaso, te recuerdo que la palabra ESPIRITUALIDAD está formada por raíces latinas (también se dice que proviene del griego) y está compuesta por la voz spiritus que significa 'respiro', -alis, que se refiere a 'lo relativo a', y el sufijo -dad, que indica cualidad.


Etimológicamente, espiritualidad es todo lo relativo a la cualidad de lo espiritual o espíritu.


La palabra ESPIRITUAL viene del latín spiritualis y significa "relativo al espíritu". Sus componentes léxicos son: spiritus (alma), más el sufijo -al (relativo a).


Ahora ven y dime que la práctica o el camino espiritual que has elegido no tiene nada que ver con los Espíritus y yo te responderé que, quizás, estás equivocando lo que quieres hacer o lo que crees que estás haciendo.


Que quede claro que no es una crítica, más bien una aclaración, especialmente porque muchas de vosotras me consultáis acerca de ese "algo más" que sentís que vuestra práctica actual no os aporta.


En mi caso, fue darme cuenta de esto, de que los Espíritus no participaban ni de forma activa ni de forma pasiva en mi práctica de aquellos días, lo que me hizo dejar de seguir un Camino en el que invertí más de 5 años de mi vida.


Todo, absolutamente todo lo que haces con consciencia, que no con conciencia, va más allá de lo que perciben tus sentidos físicos.


Si tu práctica espiritual se centra en Rituales, retiros, festejos varios en los que no se establece una relación con ningún Espíritu, ten por seguro que algo está faltando.


Si esto es suficiente para ti, si te alimenta y te ayuda en tu día a día, perfecto, sigue con ello, lo que comparto en este post no es una crítica, simplemente quiero asegurarme de que hablamos de lo mismo cuando hablamos de un Camino Espiritual.


Intento ahorrarte la frustración que yo experimenté, el cabreo que me pillé cuando me di cuenta de que lo happyflower se me quedaba muy corto y no me estaba sirviendo para casi nada.


Reunirme con mis compañeras, hacer retiros en la montaña, cantar y bailar alrededor del fuego, tocar tambores hasta la madrugada me encantaba, pero prácticamente nada en mi interior estaba cambiando.


Seguía con las mismas preguntas, con las mismas dudas, con la misma falta de fe en mi misma, cuestionándome cada paso, cada decisión.


Mucho trabajo interior y de autoobservación, eso sí, pero poco o nada que yo sintiera que transcendiera. Hubo cambios y mejoras, por supuesto, pero mi búsqueda no se limitaba a eso.


En cinco años sólo hubo una ocasión en la que me di cuenta de que lo que hacía tenía sentido, era importante para mi y para otros, iba más allá y me dejó con la miel en los labios y el corazón inquieto y curioso.


Hago un inciso porque creo que es importante que te cuente lo que fue un punto de inflexión en mi práctica y en mi vida.


Estábamos en un campamento internacional anual, en Gredos, en el que había cerca de 30 personas entre participantes y organizadoras. Yo pertenecía a este segundo grupo, ya era Sacerdotisa de la tradición y podía llevar trabajos grupales por mi misma, acompañar a otras, aconsejar, etc.


El penúltimo día del campamento, hicimos una meditación semiguiada en la que hacíamos un acompañamiento de ida y vuelta hacia la Muerte y el Renacer.


Estaba cagada viva, nunca había llevado una meditación con tanta gente y con un objetivo tan complejo.


La experiencia fue BRUTAL, para mí al menos. No me pidas que la cuente porque no tengo palabras.


Lo que sentí, lo que vi y escuché, lo que experimenté durante el acompañamiento a la Muerte fue indescriptible. Yo iba hablando de la forma en que entregamos nuestro cuerpo a la Tierra y de como nuestro Espíritu hacía otras cosas y realmente lo sentí.


Sentí como el grupo se dejaba llevar totalmente con mi voz y mis palabras, como dejaban ir confiando absolutamente, como descendían a la tierra más profunda para fundirse con ella, como la Tierra los recogía dulce y amorosamente, como los deshacía lentamente para convertirlos en otra cosa.


La vuelta fue más compleja, primero recuperarme yo de lo que estaba experimentando para poder recoger a cada uno de ellos y traerlos, acompañarlos en su renacer.


Hablé con sus espíritus, entonces no lo sabía pero me di cuenta tiempo después, hablé con ellos uno a uno. Les recordé que no era la hora, que aquello solo era un aprendizaje. Casi todos fueron respondiendo, volviendo lentamente. Todos excepto uno. Un chico alemán que se resistía a volver.


Su Espíritu estaba feliz, encantado de haber soltado su cuerpo y de poder relajarse y disfrutar de la Muerte. No sé cómo ni a quién, pedí ayuda y varias manos y varias voces surgieron a su alrededor, hablando suave, invitándole a volver, tirando de a poquitos de su alma hasta conseguir que comenzara a mover el cuerpo y abrir los ojos.





Como digo, esta experiencia marcó un antes y un después en mi práctica y en mi vida. Fue el detonante, un tiempo más tarde, para que dejara esa tradición y buscara otro Camino.


Me di cuenta de que había mucho más allá de lo que yo había aprendido y me habían contado, que se podía conectar con algo, con cosas que más tarde entendí que eran Espíritus.


Llevaba años conectando con los elementales y los elementos de mi Territorio y de los lugares en los que practicaba con mi akelarre, pero aquello era otra cosa.


Contándote esto intento que entiendas la enorme diferencia que hay cuando tu práctica espiritual implica precisamente eso, a los Espíritus.


Por supuesto que parto de la base de una creencia animista que, personalmente, me parece imprescindible para caminar cualquier tipo de espiritualidad.


Esta creencia animista conlleva la idea de que absolutamente todo lo que esta vivo, y algunas cosas que no parecen estarlo también, emite una vibración mensurable y posee un alma distintiva más o menos evolucionada.


Siendo poseedor de un alma, podemos aprender a comunicarnos de una u otra forma.


¿Esto qué significa?


Básicamente que, cuando sales a pasear por el bosque, lo que te serena y calma tu ansiedad, aplaca tu ira o mitiga tu tristeza no es simplemente la contemplación de la belleza del espacio o el disfrute de los sentidos corporales.


Hay mucho más allá relacionado con cada Espíritu de cada planta, árbol, piedra o animal que te rodea, con la sutilísima vibración que cada uno emite y que se funde con la tuya.


Por no hablar de los Elementales que habitan ese territorio y que están allí desde que comenzó a formarse.


Los Espíritus que pueblan un Territorio no son sólo los que puedes ver sino todos aquellos que habitaron ese mismo lugar, se relacionaron con él con amabilidad, respeto o incluso devoción, lo cuidaron y lo alimentaron al tiempo que se alimentaban ellos mismos de lo que el territorio proveía.


No es sólo el bosque, es abrirse a la experiencia lo que sana y esa experiencia es compartida y participada por infinidad de Espíritus que te rodean, amables y compasivos.


Pero no te dejes llevar por el happyflowerismo, no es todo oro lo que reluce ni todos los Espíritus del Territorio son amistosos y amables.


Lo que debes saber es que, sean quienes sean, por definición no tienen la intención de dañar si perciben el respeto necesario. Imagina que son posibles amigos con los que quieres establecer una buena relación, los tratas con respeto, les escuchas, les atiendes de la mejor forma que puedes y, poco a poco, te ganas su confianza y aprendes a confiar en ellos.


La comunión con los Espíritus, con TUS Espíritus te va a permitir ir mucho más allá en tu práctica, sea esta la que sea.

Vivir una espiritualidad determinada o definirse como una persona espiritual está íntimamente relacionado con los Espíritus, seas o no consciente de ello.


¿Qué crees que cambiaría si lo fueras, si tuvieras plena consciencia de que esos Espíritus están ahí?


Para mi la experiencia es un poco como cuando Neo se hace consciente de la Matrix. y comienza a percibir la sutileza del código que lo sostiene todo.


brujería, magia, espiritismo, hechicería, hechizo, conjuro, akelarre, brujeria en madrid, circulo de brujas

Imagínate qué voladura de cabeza comenzar a ir por la calle y ser consciente de la ingente cantidad de Espíritus que te rodean.


No hablo sólo de difuntos, creo haberlo dejado claro ya.


Hablo de plantas, minerales, animales, de todo lo animado y de mucho de lo inanimado.


Hazte a la idea de que, aunque no los veas, por ahí andan.


Entiende también que no con todos es imprescindible relacionarse, y, desde luego, no es obligatorio hacerlo con ninguno, pero si te decides, date cuenta de que puedes elegir relacionarte con aquellos que te sean interesantes por algún motivo, que empasten con tu energía o que elijan estar a tu lado.


Sí, has leído bien: algunos eligen acompañarte y no sólo lo hacen miembros de tu linaje o difuntos conocidos.


Muy distintos Espíritus estarán contigo a lo largo de esta vida igual que lo han hecho en otras anteriores y seguirán haciendo en las futuras que te queden por vivir.


Que seas o no consciente de ello, te aseguro que marcará una diferencia.


Aprender a relacionarte con ellos no es difícil, solo necesitas constancia, dedicación, compromiso, respeto y mucho interés.


En entradas anteriores de este mismo blog tienes algunas ideas si estás dispuesta, te recuerdo los nombres, en el orden de lectura más conveniente:






Dicho esto, recuerda, hagas lo que hagas, disfruta el Viaje.


bottom of page