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Los Espíritus en la práctica mágica. Los Espíritus del Hogar.

Actualizado: 29 jul

Si ya has comenzado la práctica de conexión con los Espíritus de tu Territorio que comenté en el post anterior, este debería ser el siguiente paso.


Cuando ya has aprendido a conectar con los Espíritus de tu Territorio, es más que probable que comiences a percibir otras “cosas”.


Afinar tus sentidos más allá del cuerpo físico, te permite sentir a otro tipo de espiritualidades.


Si en tu hogar o en el espacio en el que trabajas se encuentra un Espíritu que no ha dado señales hasta el momento, quizás comiences a notar su presencia.


los espíritus en la brujería
Myrtle la Llorona, claro ejemplo de Espíritu del Hogar

Sientas lo que sientas, mantén la calma. Los Espíritus no están aquí para hacer daño, sino para pedir ayuda.


Puedes notar un olor diferente, algo de frío en una zona concreta de la casa o, simplemente, tener la sensación de que no estás sola aunque no haya nadie "físico".


Esto no significa que, por el hecho de comenzar a conectar con los Espíritus, vayas a verlos por la calle ni que te estén perturbando constantemente, se trata de que afinar tus sentidos te permite percibir otras sutilezas que ya estaban ahí pero que no eras capaz de sentir.


Los llamados Espíritus del hogar son entidades de muy distinto tipo que se encuentran asociados por algún motivo a un espacio determinado.


Al igual que en tu Territorio hay espiritualidades de animales o personas que lo habitaron, en el espacio en el que vives, también puede haberlas.


La diferencia fundamental entre los Espíritus de tu Territorio y los que puede haber en una casa o en un local, es que los primeros siguen allí porque impregnaron el espacio con su energía y eligieron voluntariamente permanecer para seguir alimentando y cuidando de ese lugar.


Los Espíritus que vas a encontrar en una casa o un comercio, probablemente no estén allí por gusto si no por necesidad.


Lo más habitual es que se trate de difuntos que no han cruzado al lugar al que pertenecen porque tienen algún asunto pendiente, porque necesitan dar algún mensaje o porque siguen apegados al espacio en el que vivieron o les perteneció.


También se puede dar el caso de que se trate de personas que fallecieron de forma violenta o accidental y que no tengan claro lo que les sucedió.


Independientemente del tipo de Espíritu, tan pronto note que tú puedes percibirlo, de la forma que sea, es casi seguro que intentará comunicarse contigo de la mejor manera que pueda.


Me gustaría que borraras de tu mente todas esas películas en las que los Espíritus atacan con saña a las personas que “invaden” su espacio, realmente esto sucede en casos muy puntuales.


Lo más habitual es que desaparezcan cosas que reaparecen al cabo de los días en sitios insospechados; que sientas frío al pasar por un lugar determinado de tu casa; que notes un olor peculiar en momentos puntuales; que escuches como se abren o cierran puertas sin que nadie las abra o las cierre y sucesos del estilo.


¿Inquietante? Por supuesto ¿Aterrador? Para nada.


Lo primero que es importante que entiendas es que este tipo de Espíritus no tienen una intención negativa hacia ti ni hacia los tuyos. Son almas que necesitan ayuda y que intentan llamar la atención como buenamente pueden.


En mi experiencia personal, lo que más he encontrado han sido Espíritus anclados a un espacio por algún hecho dramático que les sucedió allí mientras lo habitaban. También me he trabajado con Espíritus que necesitaban dar un mensaje a algún familiar para zanjar rencillas, ayudar en las herencias y cosas similares.


Como ves, nada terrible ni que dé miedo.


Obviamente, el susto te lo llevas, sobre todo cuando empiezas a experimentar la conexión con las espiritualidades y te das cuenta de que en tu casa tienes una.


A partir de ahí, el trabajo es tuyo, si quieres que ese Espíritu se marche de tu espacio al lugar al que pertenece.


Descubrir lo que necesita puede llevar su tiempo, especialmente si es un Alma Perdida que ya ni recuerda por qué sigue aquí.

Lo primero que debes hacer es intentar comunicar con él/ella en la mejor forma que sepas o puedas: podrás utilizar cualquier herramienta que controles, desde un péndulo, pasando por la escritura automática, o una conversación de tú a tú en el caso de que seas médium avezado.


Utilizar el péndulo es muy fácil, sólo necesitas crear una serie de plantillas que te permitan ir recopilando información de tu Espíritu.


También puedes investigar en el vecindario o en los registros o donde se te ocurra para conocer los antecedentes de tu casa o local, intenta remontarte tan atrás como puedas, cualquier pequeño detalle puede ser de ayuda.


Es importante que, cuando comiences a intentar comunicarte con tu Espíritu, lo hagas con paciencia, respeto absoluto y confirmando cada respuesta que te dé. Para hacer estas confirmaciones, has de ser cauta y no repetir las mismas preguntas, algunos Espíritus se enojan porque creen que no les tomas en serio o que te estás riendo de ellos.


Búscate las vueltas para que no parezca que desconfías o te burlas, no des nunca nada por sentado ni interpretes lo que te diga sin confirmarlo.


Si “ves” o sientes que está enojado, triste o desesperanzado, comienza preguntando por sus circunstancias personales, no como difunto, sino como la persona que fue.


Puede darse el caso de que lleve mucho tiempo fallecido y sin poder solucionar su asunto pendiente, también puede suceder que se sienta solo o abandonado o incluso que esté enfadado porque nadie le presta la atención que necesita.


Hagas lo que hagas, hazlo desde la compasión más absoluta y la intención de ayudar.


Si finalmente consigues establecer una comunicación fluida, intenta solucionar su problema o ayudarle de la forma que puedas. Si lo que necesita es demasiado complejo, costoso o directamente imposible, tendrás que hacérselo comprender y ayudarle de alguna otra forma.


Es importante que entiendas que no es tu obligación ayudarles, aunque, si no lo haces, seguirán en tu casa o tu local y las acciones para llamar tu atención irán escalando poco a poco.


Sentir que no puedes hacerlo o tener miedo es perfectamente normal, pide ayuda a alguien profesional porque estas situaciones no se solucionan por sí solas ni mejoran con el tiempo.


En tu mano está elegir no ayudarles y hacer algún tipo de Trabajo de alejamiento, pero, como siempre, esto conllevará un pago y traerá unas consecuencias.

Mi última recomendación es que superes el miedo o el susto inicial y comprendas que, en el 99,9% de los casos, los Espíritus estás tan perdidos o más que tú y ese es el motivo por el que se hacen "visibles".


Imagina que son niños perdidos en mitad de una calle a los que nadie presta atención.


Echarles una mano no acarreará ningún perjuicio para ti, quizás algo de esfuerzo y tiempo y, a cambio, tendrás el agradecimiento perpetuo de toda alma a la que ayudes.


Tómalo con calma y, si la situación te supera, lo dicho: pide ayuda.

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