Bruja de Ciudad

Las Lunas

Comenzar a trabajar las Lunas llenas marca un antes y un después. Conectar con cada una de ellas, mes a mes, creando y sosteniendo un vínculo energético, te cambia. En nuestro akelarre, nos llenamos con su energía, la compartimos y meditamos, poco más.

No hace falta montar grandes altares, ni bailar desnudas bajo la luz de la Luna en un claro del bosque, porque, como Brujas de ciudad que somos, nos adaptamos a las posibilidades, necesidades y capacidades de cada una. A veces nos reunimos en el parque, otras lo hacemos bajo techo, en ocasiones nos vemos online. Lo importante no es sólo lo que haces sino, sobre todo, con quien lo compartes.

Lo sepamos o no, la energía de la Luna nos influye constante e inevitablemente: afecta a nuestras emociones, sentimientos, deseos, afecta a nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestro ánimo sin que podamos hacer nada más que ser conscientes de ello y utilizarlo en nuestro favor.

Aprender a convivir con esas influencias, a trabajarlas y a experimentarlas es lo que hacemos en los Círculos de Luna mensuales.

Nuestros antepasados vivían de acuerdo a un calendario solilunar en el que los meses tenían la duración natural del ciclo de la luna: 28 días. Cada Luna llena recibía un nombre diferente en función de la época del año puesto que su energía va cambiando, acompañando al ciclo solar de las estaciones que puedes ver en la Rueda.

Los nombres que te muestro no son los únicos, pero sí son los que tienen sentido para mi como Bruja europea que soy. La Luna en negrita es la más cercana y puedes encontrar más información clikando sobre cada una de ellas, la fecha que aparece es la noche exacta de Luna llena, recuerda que puedes celebrar esa noche, la previa o la posterior.

Enero

Luna de las Blancas Noches

La Luna llena de enero recibe el nombre de Luna de las Blancas Noches por la capa de nieve que cubre campos y caminos.

Venimos de celebrar Yule, la esperanza de la luz, y estamos muy cerca de Imbolc, la confirmación de que la luz no es sólo una esperanza sino una certeza.

Casi en mitad de la Época Oscura, aún en pleno invierno, un sutil movimiento comienza a percibirse bajo la nieve.

Movimiento hacia delante que nos invita a hacer lo mismo: comenzar a pensar en cómo traer a Tierra las ideas que hemos estado generando desde el solsticio, meditar sobre los objetivos que queremos alcanzar este año.

Es tiempo de revisar tus proyectos y metas, evaluando lo realista de cada uno de ellos, cómo de acertados son, qué impulso necesitas, de dónde vas a sacar la voluntad y la fuerza necesarias para poderlos llevar a buen término.

Todo lo que observaste en los primeros meses de la Época Oscura, al inicio de la Sombra, lo que has visto y no te ha gustado, lo que sigues estudiando, lo que has descubierto, todo eso está ahí para que comiences a plantearte qué vas a hacer con ello, si podrás gestionarlo, si tendrás que cambiarlo o si tocará aceptarlo y seguir.

El trabajo meditativo que hacemos en esta noche, gira en torno a estas premisas.

Febrero

Luna Avivadora

La Luna Avivadora de febrero, conecta directamente con la reciente celebración de Imbolc: la vida comenzando a desperezarse, rituales de purificación para acercarnos a Ostara tan energéticamente limpias y despiertas como podamos.

La Luna nos invita a prepararnos para el próximo giro de la Rueda, para el renacimiento. Bajo el manto nevado, las semillas se despiertan, los brotes despuntan, preparándose para crecer tan pronto puedan.

Esta luna nos invita a prepararnos para la próxima siembra, la que tendrá lugar en el equinoccio para el que faltan sólo unas semanas. Es el final del invierno, los animales han consumido la mayoría de sus reservas, si el frío se alarga, muchos morirán.

El nombre de Avivadora de esta Luna se refiere a la necesidad de avivar el fuego del espíritu y el corazón, de que la Llama Sagrada brille, de centrarnos en superar lo poco que queda de frío y nieve.

Es el momento de idear nuevos caminos, de comenzar a enfocarnos en sembrar y hacer que crezca y prospere aquello que amamos y nos hace ser quienes verdaderamente somos.

La luz creciente de los días despierta el recuerdo de la primavera: lo más duro del invierno está a punto de acabar y la estamos casi listas para renacer.

El trabajo meditativo de esta noche estará relacionado con la acción del renacer, con la próxima siembra, con aquello que queremos plantar en nosotras y de qué forma haremos que prospere y fructifique teniendo como aliada a la creatividad y a la Luz

Lo que comencemos a crear ahora será lo que abunde y crezca, en lo que nos enfoquemos, lo que mimaremos y cuidaremos con atención.

Marzo

Luna de Tormenta

La energía de la Luna de Tormenta, la luna llena de marzo, está marcada por la proximidad de Ostara.

Todo se mueve a gran velocidad, cambios rápidos y desconcertantes, no sólo a nivel ambiental, con días soleados y noches aún frías, sino también energético y físico.

Estos cambios ayudan a quitarnos de encima los restos que quedan del invierno, a sacudirnos la pereza y salir, disfrutar de la explosión de la Naturaleza que se aprecia en todas partes.

La Luna de Tormenta es perfecta para comenzar a bajar a Tierra todos los proyectos en los que hemos estado cavilando durante los meses de frío: es el momento de traer a la realidad lo que hemos planificando durante el invierno, de plantar, explorar, atreverse y renovarse, por dentro y por fuera.

Este año, la luna llena de marzo llega unos días antes del equinoccio de primavera, por lo que será la última luna llena del invierno, y marcará el final del trabajo profundo con la Sombra.

Estamos casi acabando la Época Oscura que comenzó en Samhain y terminará en Beltane. La Naturaleza se activa a todo gas y nosotras acompañamos esa activación.

Es momento ya de empezar a poner en marcha todo, pasar a la acción, dar pasos, recabar ayudas, todo lo que sea necesario para alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto para la Época Luminosa, cuando ya no habrá tiempo más que para hacer, hacer y hacer.

Abril

Luna de Viento

Tras la Luna de Tormenta del mes pasado, la luna llena de abril, la Luna de Viento nos sumerge de lleno en la primavera, las mareas estacionales se estabilizan y podemos centrarnos un poco más.

En sólo unas semanas, comenzará la Época Luminosa y empezaremos a sentir la necesidad de salir, compartir y disfrutar del entorno y de la gente.
Esta Luna de Viento nos habla de limpiar, ordenar y reorganizar, desechando lo viejo dejando sitio a lo nuevo. El mundo verde está en expansión, en pleno crecimiento, mostrándonos lo que podremos recoger en unos meses.

El mes de abril representa el viento, viento que sopla, arrastrando a su paso todo lo que no queremos, siempre que tengamos claro de qué se trata.

Ya hay que comenzar a moverse, a poner en marcha todo lo estudiado, elegido y planificado, tiempo habrá más adelante para recapitular y darle una vuelta a lo que no esté funcionando, pero, para eso, es imprescindible comenzar a caminar.

Lo importante es hacer camino, el trabajo de esta luna gira en torno a estas premisas.

Mayo

Luna de
las Flores

Mayo es el mes de las flores y su luna no podía tener otro nombre más adecuado: Luna de las Flores.

Esta primera Luna Llena de la Época Luminosa nos llama a salir, a compartir y celebrar en los campos y los montes, a disfrutar de la belleza de la Madre Tierra que se regodea en crecer y prosperar.

Ya celebramos Beltane y su exaltación energética en forma de marea, aún nos acompaña, de manera que esta Luna de las Flores nos invita a celebrar la abundancia, la prosperidad, la fertilidad en todas sus formas.

No hay nada de lo que preocuparse por ahora, sólo dejar atrás la Sombra y relajarse al sol.

Aprovecha y redescubre tu Territorio, visita tus lugares, conecta con ellos, escucha y aprende.

Es el momento perfecto para alimentar todo lo que ya está en marcha y está funcionando.
La primera cosecha está muy cerca, Litha está a la vuelta de la esquina y los ciclos de la Rueda, imparables, nos dan estos meses de asueto para que disfrutemos de los regalos de la Madre y la benevolencia del Padre.

Nada mejor que sentarnos a observar lo que sucede, poniendo atención en lo que va por donde queremos y lo que no para, más adelante, remediar lo que se pueda o dejar ir lo que ya no tenga solución.

Junio

Luna del
Fuerte Sol

La Luna Llena del mes de junio, recibe este nombre, Luna del Fuerte sol, por la cercanía con el solsticio de verano, Litha y con la Noche de San Juan, lo que hace que la energía de este esbat unifique el poder de la Luna y el Sol que está muy cerca de alcanzar su punto álgido.

Este año se trata de la última Luna Llena de la primavera, una luna de reposo, de descanso, de recargar las pilas y buscar mejorar nuestra salud, tanto física como mental y espiritual.

Es un momento perfecto para trabajar la vitalidad, la fuerza interior, para enraizarnos profundamente y experimentar con nuestro primer chakra la conexión con la Tierra y el Fuego.

La luna de este mes de junio es, probablemente, en la que más presente sentimos y más próxima la "interferencia" solar: Litha no deja de ser la celebración del máximo apogeo del astro rey y su marea ya estrá presente en estos días.

Es momento de poner Luz. De observar lo que estamos construyendo, lo que estamos haciendo, desde la calma que precede a la euforia, desde el conocimiento de que todo está ocupando su lugar, tomando su espacio.

Es ahora cuando debemos hacer la modificaciones necesarias para que todo se dé como queremos en las siguientes cosechas, porque más adelante ya no tendremos forma de influir en lo que sucede.

Julio

Luna de Bendiciones

La Luna Llena del mes de julio recibe el nombre de Luna de Bendiciones, hemos dejado atrás Litha y el verano está instalado.

Las primeras cosechas ya se han recogido, ya hemos cambiado o necesario para que las siguientes sean prósperas y abundantes, la Naturaleza rebosa vida y abundancia.

Esta luna, este mes, son momentos de calma tras el duro trabajo, de disfrutar del campo, de las buenas compañías y de las noches cálidas.

El nombre de Luna de Bendiciones no llega por nada: nos sentimos felices de poder disfrutar de la Naturaleza en su esplendor, de la luz del sol y el brillo de la luna. Es una buena ocasión para agradecer todas las bendiciones que la Madre pone a nuestro alcance.

Se trata también de un tiempo perfecto para dar un repaso a las cosas buenas que hay en tu vida, la Tierra está pletórica de energía, de fuerza y de poder, permítete acceder a ella y conectar tu Poder interior con el de la Madre.
Utiliza esa conexión para comenzar a vislumbrar lo que el futuro más cercano te depara, reflexiona y planifica aquello que no quieras dejar en manos del Destino.

Has de empezar a pensar en lo que guardarás y lo que tocará descartar al comienzo de la Época Oscura, confirmar qué está yendo por el buen camino y qué no prospera a pesar de tus esfuerzos.

Pocas opciones quedan ya, si después de Mabon nada ha cambiado, tocará soltar por más que duela.

Agosto

Luna del Maíz

Agosto nos trae la Luna del Maíz, planta que se asocia a la Pachamama cuyo día se celebra el 1º de agosto al mismo tiempo que Lammas.

Así, esta Luna Llena nos conecta directamente con la abundancia que la Madre Tierra nos brinda y con el agradecimiento que nos corresponde darle en respuesta. La Tierra nos invita a celebrar y compartir su generosidad con la tribu.

Agosto empieza a prepararnos para la llegada del otoño: las noches se alargan sutilmente, el calor comienza a bajar, la Naturaleza sigue su ciclo, preparándose también para Mabon.

Es un momento perfecto para reponer tu botica y recolectar las hierbas que, en tu zona, estén ya listas.
Recuerda que, en breves, tendremos la segunda de las cosechas, la que marcará gran parte de lo que podamos almacenar para pasar los fríos meses de invierno.

El equinoccio está cerca y su marea estacional comenzará a sentirse dentro de poco, preparando la Tierra y a nosotras para comenzar a rebajar el ritmo.

Septiembre

Luna de Cosecha

La Luna de Cosecha es la más cercana a Mabon, y recibe este nombre porque está asociada a la última cosecha del año.

Antaño, cuando llegaban estas fechas, vecinos y vecinas se apresuraban a poner en común sus despensas y llenar juntos las leñeras y los graneros. Todas las generaciones de un mismo pueblo o aldea, casi siempre miembros del mismo clan, se afanaban para que a nadie le faltase lo indispensable para el largo invierno que se avecinaba.

Era y es un momento de previsión, de hacer recuento y poner al día el debe y el haber, de pedir si no se tiene y dar si se puede, de compartir sabiendo que entre todas, podemos.

Este es un momento de felicidad y alegría, un momento para agradecer cuanto tenemos; pero es también un momento para compartir, para ser solidarias, generosas, activas en nuestras comunidades.

Es también ahora cuando toca reflexionar sobre lo recogido, sobre lo que ya no queremos seguir sosteniendo, sobre lo que queremos llevar con nosotras al enfrentar la Sombra.

Es tradicional el altar con colores otoñales (anaranjados, rojizos, amarillos, marrones...) y hojas secas, calabazas, bellotas, uvas... u otros frutos y elementos naturales típicos de esta época del año.

Octubre

Luna del Cazador

La Luna del Cazador es la última de la Época Luminosa, la marea de Samhain ya está presente, nuestras ancestras listas para visitarnos.

Las hojas de los árboles cubren los caminos, la Naturaleza se ralentiza, todo invita al silencio, a cerrar los ojos y dejarse mecer, a descansar del ajetreo de la Época Luminosa, a entregarse a la Noche y perderse en ella.

En estos días, toca comenzar a pensar en la Sombra, mirarla a los ojos, observar lo que permanece y lo que no, lo que me molesta o me disgusta, lo que ya tengo conocido y aceptado y lo que aún me cuesta.

Ahora hay que seleccionar lo que acompañará en los meses de oscuridad, lo que ya no me sirve, lo que no me alimenta, lo que es un lastre o un dolor.

Toca elegir, lo que dejo y lo que me quedo; lo que me nutre y lo que me consume; lo que me ata y lo que me libera.

Las reservas que te sostendrán en los meses venideros, lo que compartirás con tu Tribu, lo que determinará cómo de fuerte saldrás del invierno o si lo superas, lo que permitirá que vuelvas a sembrar en la próxima primavera, se decide ahora.

Noviembre

Luna de Duelo

Ya estamos en la Época Oscura del año: los días se hacen más cortos, las noches más largas y frías. El invierno se está acercando, arrastrado por los vientos del norte, y la Anciana, poderosa en este momento, nos susurra, invitándonos: “Sumérgete en la Sombra, explora en lo más profundo.”

Noviembre y mayo, con la celebración de Walpurgis, son meses entre los mundos, con Samhain hemos entrado en la oscuridad y esperamos el renacimiento de la luz en el Solsticio de Invierno, la celebración de Yule el mes que viene.

Esta Luna de Duelo nos habla de honrar todo aquello que hemos dejado marchar, de soltar lo que supone un peso o un dolor y de permitirnos sentir el Duelo que toda pérdida conlleva.

Trabajar con la Anciana nos da la oportunidad de descender en nosotras mismas, encontrarnos y conocernos.

Es a través de este lugar interior que podemos conectar con otros planos. Esta luna es un momento propicio para bajar a nuestro propio Ser y abrazar a nuestra Sombra porque el trabajo con Ella ya ha empezado, lo sepas o no.

En las Lunas de septiembre y octubre ya hemos meditado sobre aquello de lo que queremos deshacernos en nuestras vidas y ahora es el momento de llevar a cabo el cambio, de eliminar aspectos negativos de nuestra existencia y dejar espacio para lo que está por venir.

Diciembre

Luna de las Largas Noches

La Luna de las Largas Noches recibe este nombre porque durante el este mes las noches se han ido alargando, menguando las horas de luz: Yule marcará la noche más larga del año.

En la Rueda del Año, el invierno ya está aquí, estamos en plena Época Oscura, la Naturaleza ralentiza sus ritmos, todo queda en suspenso, ahorrando energías, preparándose para morir.

Del mismo modo, todo nos invita al reposo, a quedarnos tranquilitas en nuestro hogar, a hibernar sí, pero con la mente puesta en lo que ha de venir porque Yule nos mostrará que, en breves, caminaremos de nuevo hacia la Luz.

Este letargo físico es un estupendo momento para orientar la mente a la autoobservación, a mantener el trabajo que venimos realizando con nuestra Sombra desde hace meses: hemos conectado con ella, observándola, integrándola, dándole el espacio que merece y necesita, prestándole la atención que pide y no suele recibir.

Tómate tu tiempo, disfruta de tu espacio, de tu soledad, establece una relación sana con tu Sombra, abre tus sentidos al silencio y disfruta del viaje.

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